
Estimados...con mucho orgullo tengo que confesarles que luego de tres días tortuosos en los que hubiera deseado devorar una vaca entera o por lo menos, haber tirado la dieta y todo lo referente a ella a la basura, estoy viendo los frutos de un arduo camino que aun queda por delante.
Todo comenzó luego de un largo día lleno de imprevistos y complicaciones. Para eso de las 18 horas, ya estaba en camino a la Sra. Nutricionista (que no se si les comenté pero tiene tremenda cara de culo). Llegué temerosa por lo que sucedería en aquel recinto, me anuncié en recepción y tomé asiento en uno de los sillones disponibles. Por un momento me detuve en cada uno de los gordos que, como yo, estábamos presentes en aquella sala. Debo decirles que todos, sin excepción, teníamos esa mirada desesperada que busca compasión en el otro. Todos, incluida yo misma por supuesto, estábamos en aquella sala con la esperanza silenciosa de que esta Sra. Nutricionista, nos devuelva un poquitito de las fuerzas que habíamos perdido, una mínima luz de esperanza ante tanta tristeza.
Sumergida en aquellos pensamientos, escuché mi nombre e instantáneamente pegué un salto y me puse en pie para acercarme al primer consultorio en donde Sra. Nutricionista con tremenda cara de culo me esperaba.
-Sacate la ropa, ponete la bata y subite a la balanza-
Como una autómata, respondí a cada una de sus órdenes y en segundos me disponía a subirme a aquella maldita balanza que definiría mi futuro.
Primero un pie...lentamente el otro, mientras que cruzaba los dedos en un intento de invitar a la suerte para que, por una vez, se pusiera de mi lado.
Sra. Nutricionista, sin modificar su terrible expresión culística gritó: -¡Bajamos 600 gramos en tres días, excelente!
Por supuesto que hubiera deseado que sean 600 kilos, pero por el momento era demasiado y me alegré en demasía...debo admitirlo.
Feliz, le pregunté si todo estaba en orden, a lo que ella respondió afirmativamente, exigiéndome que siguiera como hasta ahora.
Saludo apretado de manos.
Adiós Sra. Nutricionista con terrible cara de culo.
¿Yo? Estoy feliz! Mucho esfuerzo y 600 gramos menos. Tengo que seguir...voy a seguir!
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