17 de octubre: mañana asado dominguero!

Logramos volver del viaje aunque con 3 días de atraso por el problemita automovilístico. Entre medio hubiera deseado comerme 100 kilos de chocolates por tantos nervios, pero logré abstenerme.
La dieta definitivamente atenta contra nuestros nervios e inseguridades y llegamos a tambalear cuando alguna situación problemática nos juega en contra. Por lo menos a mí me pasó eso.
Como la demora en el regreso se iba incrementando decidi salir a comprar unos dulces típicos del norte argentino (donde estábamos) para llevar a la redacción y repartir entre todos los compromisos que perdimos en estos días.
Mientras que elegía los que quería comprar, la vendedora muy amable me apuntaló en las decisiones y me obligó durante cinco minutos a probar cada una de las variedades.
Yo me negué, aunque todavía no sepa como hice eso porque muero por los dulces.
Insisto: no me salí ni una sola vez.
Conclusión: siempre se puede y se los dice alguien que durante veintitantos años no ha cerrado la boca ni una sola vez hasta ahora.
Cómo sigue esto? Mañana asadito dominguero por el día de la madre, con vinito, helado, torta y masitas incluidas...UNA VEZ MÁS: QUE ME SEA LEVE!?

12 de octubre: Dieta + Viaje: IMPOSIBLE!

Como verán, hace unos días que no escribo debido a que el viernes a primera hora, decidimos junto con mi marido, hacer un viajecito de placer durante algunos días y lo cierto es que sigue en curso debido a que nuestro auto sufrió un desperfecto técnico y tenemos que esperar hasta mañana para que algún mecánico como la gente lo arregle. De cualquier forma, más allá de los detalles del viaje y del percance, en estos días aprendí que hacer dieta y al mismo tiempo un viaje de placer, es casi imposible, por no decir tortuoso, dificultoso, insoportable e insostenible. Con respecto a esto debo aclarar, para la tranquilidad de todos, que a pesar de aquellas caracterísitcas desagradables, no me he salido de la dieta aunque efectivamente he engullido en mayor cantidad los alimentos permitidos (lo que en verdad es políticamente incorrecto según palabras de mi propia Sra. Nutricionista con tremenda cara de culo) ¿Por qué digo esto? Como primera medida, viajar en auto con mi marido es nefasto si estoy cuidándome ya que él ingiere, mientras maneja, cantidades industriales de chocolates, sandwichitos de las más diversas variedades, golosinas con excesiva cantidad de calorías, gaseosas y demás exquisiteces que les juro, no se imaginan. Debido a esto, viajar con él de piloto puede volverse una experiencia poco saludable ya que no sólo tengo que observar cómo englute sin parar mientras maneja, sino lo que es peor, siempre soy yo quien tiene que sostenerle los alimentos-bebidas cuando tiene que desarrollar alguna maniobra peligrosa. Por lo tanto: viajar en auto+dieta= IMPOSIBLE. Cada estación de servicio se vuelve, para nosotros los light, un mundo lleno de manjares a los que sistemáticamente hay que negarse. Pero eso no es todo, mucho peor es cuando nos sorprende la noche todavía viajando y el hambre de la cena comienza a atacar nuestro estómago. Este sufrimiento se duplica considerablemente ya que los “no light” pueden ingerir sándwiches y comidas rápidas sin ningún problema mientras que evidentemente nosotros no podemos hacerlo y tendremos que esperar el arribo definitivo para elegir el menú adecuado (con suerte). Otro punto a tener en cuenta es la "llegada" al lugar de destino si, como me sucedió a mí, llegás a la 1 am. Terminar el viaje a esta hora, puede volverse un gran desafío por el hecho de tener que adquirir algún alimento permitido y con la cocción necesaria en un resto medianamente "aceptable", por lo tanto, arribo a la 1am+alimento light saludable con la cocción justa, luego de un viaje: IMPOSIBLE. Otra cuestión interesante será el compartir el fin de semana con familiares que, tal como yo hacía antes, engullen cantidades inimaginables de alimentos no light. En algún momento disfrutaste de estas compañías, pero ahora se vuelven una clara tentación y, por lo tanto, una prueba dificil de pasar. Entonces, una vez más: compañías antiguas no light+vos, persona súper liht en un viaje: INCOMPATIBLE. Ni hablar de las cientos de veces que, por educación, ellos comen al frente tuyo y te invitan con cualquier cantidad de comida exquisita pero escasamente saludable. El sentimiento de rechazo que te genera tener que decir a todo NO, GRACIAS. PREFIERO AGUA, HABRÁ ENSALADA SIN ACEITE? Y derivados, que terminan haciéndote sentir una pesada, altamente molesta que día tras días se queja de su alimentación dietística. Entonces, comer al lado de un no Light en un viaje+vos súper Light desde hace mucho tiempo: INSOSTENIBLE. ¿Me falta algo? Por supuesto, el terrible momento en el que ese primo político que está también pasando el finde con vos, se avalancha contra tu queso semi descremado tipo s… y lo engulle sin problemas en escasos 3 segundos. Todo el queso que vos, precavida, te llevaste en una heladerita portátil para no cortar la cadena de frio durante las 6 horas del viaje y que te hubiera durado todos los días de la estadía. Vos, desaforada querés tirarte arriba de aquel energúmeno y sacarle pedacito por pedacito de adentro de la boca porque es tu queso, porque es lo único que podés comer si te agarrad angustia oral, porque hace semanas que no probás uno de los tantos manjares que él podría estar comiendo en lugar de tu queso cuidado con ahinco. Claro que, como mantenés las formas que te enseñaron de niña, no sólo no le decís nada sino que a cada mordisco que él le da a tu queso, vos le regalás una inmensa, sostenida y falsa sonrisa. Curada de espanto por la terrible experiencia quesística, a partir de ese momento controlás personalmente tu vianda para que ningún insensato pretenda probar bocado alguno de tu dieta y terminás siendo una egoista, histérica y maniática gorda en recuperación, porque por supuesto, nadie notará que vas 5 o 7 kilos bajados. Entonces: dieta + viaje+ exclusividad con tu comida+ solidaridad de terceros: DEFINITIVAMENTE IMPOSIBLE!!! Conclusión: no sabemos cuando regresamos porque al auto lo tiene que ver un mecánico especialista y mi dieta, mi fuerza de voluntad y todo lo demás están a punto de derrumbarse. Ojalá que el universo se apiade y me de una manito en esta situación complicada. Saludos.Como verán, hace unos días que no escribo debido a que el viernes a primera hora, decidimos junto con mi marido, hacer un viajecito de placer durante algunos días y lo cierto es que sigue en curso debido a que nuestro auto sufrió un desperfecto técnico y tenemos que esperar hasta mañana para que algún mecánico como la gente arregle lo arregle.
De cualquier forma, más allá de los detalles del viaje y del percance, en estos días aprendí que lamentablemente hacer dieta y al mismo tiempo, un viaje de placer, es casi imposible por no decir tortuoso, dificultoso, insoportable e insostenible.
Con respecto a esto debo aclarar, para la tranquilidad de todos, que a pesar de aquellas caracterísitcas, no me he salido de la dieta aunque efectivamente he engullido en mayor cantidad los alimentos permitidos (lo que en verdad es políticamente incorrecto según palabras de mi propia Sra. Nutriniosta con tremenda cara de culo)
¿Por qué digo esto? Como primera medida, viajar en auto con mi marido es altamente contraproducente ya que él ingiere, mientras maneja, cantidades industriales de chocolates, sandwichitos de las más diversas variedades, golosinas con alta cantidad de calorías, gaseosas y demás exquisiteces que les juro, no se imaginan.
Debido a esto, viajar con él de piloto, puede volverse una experiencia poco saludable ya que no sólo tengo que observar cómo englute sin parar mientras maneja, sino lo que es peor, siempre soy yo quien tiene que sostenerle los alimentos-bebidas cuando tiene que desarrollar alguna maniobra peligrosa.
Por lo tanto: viajar en auto+dieta= IMPOSIBLE. Cada estación de servicio se vuelve, para nosotros los light, un mundo lleno de manjares a los que sistemáticamente hay que negarse.
Pero eso no es todo, mucho peor es cuando nos sorprende la noche todavía viajando y el hambre de la cena comienza a atacar nuestro estómago. Este sufrimiento se duplica considerablemente ya que los “no light” pueden ingerir sándwiches y comidas rápidas sin ningún problema mientras que evidentemente nosotros no podemos hacerlo y tendremos que esperar el arribo definitivo para elegir el menú adecuado (con suerte).
Otro punto a tener en cuenta es la "llegada" al lugar de destino si, como me sucedió a mí, llegás a la 1 am.
Terminar el viaje a esta hora, puede volverse un gran desafío por el hecho de tener que adquirir algún alimento permitido y con la cocción necesaria en un resto medianamente "aceptable", por lo tanto, arribo a la 1am+alimento light saludable con la cocción justa, luego de un viaje: IMPOSIBLE.
Otra cuestión interesante será el compartir el fin de semana con familiares que, tal como yo hacía antes, engullen cantidades inimaginables de alimentos no light.
En algún momento disfrutaste de estas compañías, pero ahora se vuelven una clara tentación y una prueba dificil de pasar. Entonces, una vez más: compañías antiguas no light+vos, persona súper liht en un viaje: INCOMPATIBLE.
Ni hablar de las cientos de veces que, por educación, ellos comen al frente tuyo y te invitan con cualquier cantidad de comida exquisita pero escasamente saludable. EL sentimiento de rechazo que te genera tener que decir a todo NO, GRACIAS. PREFIERO AGUA, HABRÁ ENSALADA SIN ACEITE? Y derivados, que terminan haciéndote sentir una pesada, altamente molesta que día tras días se queja de su alimentación dietística. Entonces, comer al lado de un no Light en un viaje+vos súper Light desde hace mucho tiempo: INSOSTENIBLE.
¿Me falta algo? Por supuesto, el terrible momento en el que ese primo político que está también pasando el finde con vos, se avalancha contra tu queso semi descremado tipo s… y lo engulle sin problemas en escasos 3 segundos. Todo el queso que vos, precavida, te llevaste en una heladerita portátil para no cortar la cadena de frio durante las 6 horas del viaje y que te hubiera durado todos los días de la estadía.
Vos, desaforada querés tirarte arriba de aquel energúmeno y sacarle pedacito por pedacito de adentro de la boca porque es tu queso, porque es lo único que podés comer si te agarrad angustia oral, porque hace semanas que no probás uno de los tantos manjares que él podría estar comiendo en lugar de tu queso cuidado con ahinco.
Claro que, como mantenes las formas que te enseñaron de niña, no sólo no le decís nada sino que a cada mordisco que él le da a tu queso, vos le regalás una inmensa, sostenida y falsa sonrisa.
Curada de espanto por la terrible experiencia quesística, a partir de ese momento controlás personalmente tu vianda para que ningún insensato pretenda probar bocado alguno de tu dieta y terminás siendo una egoista, histérica y maniática gorda en recuperación, porque por supuesto, nadie notará que vas 5 o 7 kilos bajados.
Entonces: dieta + viaje+ exclusividad con tu comida+ solidaridad de terceros: DEFINITIVAMENTE IMPOSIBLE!!!
Conclusión: no sabemos cuando regresamos porque al auto lo tiene que ver un mecánico especialista y mi dieta, mi fuerza de voluntad y todo lo demás están a punto de derrumbarse. Ojalá que el universo se apiade y me de una manito en esta situación complicada.
Saludos.

7 de octubre: dieta + dieta

Al parecer, mi estómago no resiste la ingesta de determinados alimentos y ene sta ocasión te llegó al turno a los Champignones.
Resulta ser que entre las "guarniciones" permitidas en mi dieta desde el primer día, están los 100 gramos de champignones con cualquier cocción pero sin aceite.
Lo cierto es que si bien, nunca fui fanática de los hongos...en esta oportunidad acepté acompañar mis carnes diarias con algun que otro champignoncito.
¿Resultado? Terrible intoxicación, descompostura, nauseas y un par de cosas más bastantes desagradables.
En definitiva, no pisé la redacción en todo el día, porque el médico sugirió reposo a lo que agregó DIETA LÍQUIDA.
Si, si, si...más dieta a la que vengo haciendo. Sólo agua, gaseosas de lima limón y mucho té. ¡Por dios! Lo único que rescato es que hoy no me costó demasiado la abstinencia porque de lo mal que me sentía, tampoco hubiera aceptado comida si me lo hubieran permitido.
DIETA+DIETA: muy duro!!!

6 de octubre: 300 gramos menos

Hoy tuve control nuevamente y como era de esperarse, desde anoche mis niveles de ansiedad han ido en aumento.
Nuevamente llegué, saludé a la recepcionista de turno y tomé asiento en la espera del dictamen de la balanza.
Cuando me llamaron, me levanté de la silla y lentamente recorrí el trayecto de la sala de espera al consultorio como quien ingresa por primera vez a un lugar oscuro que desconoce.
Entré, saludé a Sra. Nutricionista con tremenda cara de culo, me desvestí y me subí a la balanza.
Resultado: 300 gramos menos desde el viernes. Algo que en mi opinión es fantástico pero que, por lo visto, a mi doctora no le causó gracia.
Me miró feo y me preguntó en qué había fallada. Yo le confirmé que en nada y resolví bloquear a aquella persona desde ese segundo hasta que me despedí de ella en la puerta.
Creo que por unos instantes siguió parloteando y retando a la mujer que tenía enfrente pero que justamente no la escuchaba.
En lo único en lo que pensaba era en esos 300 gramos menos, y los 5 kilos que ya había bajado. Todo lo demás no importaba.
Creo que el verme mejor, también está ayudando a mi autoestima y más que nada a mis propios límites con respecto al otro.
Esto va por buen camino sin lugar a dudas!
Hasta mañana!

5 de octubre: De fiesta

Debido a mi descenso de peso, aumentaron las ganas de salir y divertirme.
El sábado a la noche nos invitaron, a mí y a mi marido, a una apertura de un nuevo resto de la zona.
Aceptamos sin dudarlo y cumpliendo el horario y la formalidad del tema, llegamos a las 22 en punto.
En el momento mismo en el que confirmé mi presencia, alerté a los encargados sobre la imposibilidad de degustar los platos ofrecidos y le necesidad de una dieta equilibrada. Ellos aceptaron gustosos, prometiendo preparar una comida "especial" para mí.
Una vez en el lugar nos ubicaron en la mesa correspondiente, en donde estaban otros amigos nuestros. La verdad, la pasamos genial, fue una noche emotiva, hubo brindis, llantos, felicitaciones y reencuentros por doquier. Pero si de confesiones se trata debo admitir que no sólo era especial mi menú sino todo lo que bebí, comí, dije o deje de decir y eso no lo disfruté. Es evidente que la gente no se acostumbra a la gordura y todo lo que ella conlleva, pero es mucho peor ver a esa gente sorprendida por cumplir el regimen a rajatabla, todos ofreciéndome con lástima algún sabroso bocado, todos cuestionando mi nula ingesta de alcohol, todos soprendidos por la cantidad de alimento engullido por mi esa noche y muchos, para no decir todos, intentaron boicotear mi esfuerzo.
Lo cierto es que lejos de entristecerme, aquella experiencia me confirma una y otra vez que debo hacerlo, que si nadie va a respetar mi objetivo, tendré que hacerlo yo solita y que a más ofrecimientos de harinas, más no con la cabeza, el dedo y sobretodo el corazón porfiado.
Voy a seguir, cueste lo que cueste para demostrarles a todos ellos, a todos estos y a mí en particular que cuando alguien sueña con los ojos abiertos, puede conquistar eso que desea.
En esta ocasión, un cuerpo lindo, sano, cuidado y sobretodo amado por su dueña.

3 de octubre: haciendo números

FELICIDAD PLENA...

DESDE EL 29 DE AGOSTO HASTA HOY LLEVO BAJADOS 5 KILOS!!!

ESTOY FELIZZZZ!!!

02 de octubre: Grato control...un kilito menos!

Este viernes comenzó medio cruzado. Amanecimos tarde y, como debía estar en el centro a las 9 am, me dispude a despertar a mi marido repitiéndole una y otra vez (tal como lo hacía mi madre) que se levantara.
Por supuesto que su reacción dejo bastante que desear y desde que salimos de casa estuvo maldiciendo alguna que otra cosa.
Claro que comenzar el día así por más viernes que sea, no suele ser muy alentador para mí por lo que llegué al trabajo con una angustia oral tan terrible que si mi conciencia me lo hubiera permitido hubiera engullido mucha cantidad, de muchas porquerías.
Sentía angustia, desesperación, ganas de gritar y cada vez que estuve así, recurrí a mi mejor escape: la comida. Solía pegarme tremendos atacones en los que comía sin medir cantidades ni calorías, llegando a mezclar en un mismo bocado salados y dulces.
Recuerdo a la perfección, aunque desearía no hacerlo, aquellos terribles momentos. Creo que hasta ponerlos en palabras me genera bastante verguenza.
Lo cierto es que hoy, hubiera sido un excelente día para darme uno de aquellos atracones pero aunque no lo crean, pude decir NO. Hablé conmigo misma, me miré al espejo, reconocí mi angustia y lloré durante algunos minutos en el baño de la redacción, en definitiva, hice todo lo posible para evitar mis conductas pasadas.
La buena noticia es que no sólo lo logré, sino que en el control al que asistí por la tarde confirmé que había perdido otro kilo de gordura.
Salí del consultorio de Sra. Nutricionistas con tremenda cara de culo con toda la felicidad del mundo, por el kilo menos y por supuesto por el valor de haberle dicho no al deseo del atracón desmedido.
Estoy orgullosa de mí misma, ojalá también lo esten ustedes.

01 de Octubre: Comienzan los festejos!

Hasta ahora venía llevándola bien y creo que puedo seguir así, sin embargo comenzaron a llover invitaciones de fiestas, agasajos, cocktails, y demás eventos sociales en los que predomina la gastronomía creativa.
Estyo en problemas.
Si bien hace mucho tiempo que intento evitar cualquier tipo de aglomeración de tipo social, ahora que comienzo a reconocerme en un cuerpo nuevo vuelve a interesarme este tipo de invitaciones.
Tengo ganas de "producirme", verme bonita, maquillarme, comprarme ropa. Tengo ganas de asistir a reuniones lindas, con gente agradable y buena música. Claro que el "alta médica" todavía no lo tengo y entonces se volverá un problema todo esto de los platos gourmet.
Creo que definitivamente esto pondrá a prueba el temita de mi conciencia y por sobretodo el amor hacia mí misma. Veremos que sucede.
Por el momento, comienzo a sentirme ansiosa por demás...mañana tengo control con Sra. Nutricionista con tremenda cara de culo. ¡Que Dios me ayude!

29 de septiembre: Buen martes!

Hoy fue un día magnífico. No quisiera pecar de egocéntrica pero casualmente me encontré con muchas personas que desde hacía un tiempo no veía.
Grata fue mi sorpresa porque todas, sin excepción, luego del saludo de cortesía hicieron referencia a mi descenso de peso.
Debo admitir que me hizo mucho bien. Me sentí fuerte, protegida, abrazada. Me sentí a gusto conmigo misma, me llenó de satisfacción.
Insisto que no quiero pecar de egocéntrica, pero debo admitir que a un gordo en proceso de descenso de peso, le hace muy bien escuchar cosas como estas.
Ojalá cada vez sean más...ojalá vos también los estés escuchando ahora, porque indicaría que juntas vamos por el camino correcto.
Estoy muy conforme conmigo misma.
Hasta mañana!

27 de septiembre: Muchas tentación!

Cada vez que salgo del consultorio de Sra. Nutricionista con tremenda cara de culo, siento un enorme alivio al comprobar que día a día mi peso disminuye. Sin embargo cuando la rutina sigue, me veo en la obligación de ser testigo de exquisiteces yendo y viniendo de mano en mano y frente a mis narices. Se que no puedo aceptar ninguna de esas tentaciones, pero lo cierto es que me cuesta muchísimo poder continuar con este sacrificio "dietístico".
Por momentos, engulliría todo lo que se cruza en mi camino sin descartar ni una miga, mucho más cuando, como hoy, el televisor acusa dos grados centígrados y el calendario proclama día domingo.
Si tuviera que elegir el peor día de la semana para seguir con la dieta, diría que es el domingo ya que por excelencia, en mi familia, este día es sinónimo de desastre alimenticio: buen asado, mucha papa con mayonesa, alguna que otra ingesta de alcohol, postres varios y abundantes, por la tarde mate con masitas, bizcochitos y un millón de exquisiteces y como si todo esto fuera poco una buena picada cuando baja el sol.
A todo eso debo negarme una vez a la semana sin excepción. Definitivamente tengo una fuerza de voluntad que jamás reconocí en mi persona y estoy valiéndome de ella para seguir adelante.
Este domingo, fue terrible pero yo y mi fortaleza pudimos seguir adelante sin harinas, grasas y demás manjares.

26 de septiembre: Rescatando!

Si si...estoy rescatando ropa de a poquito. Hoy precisamente decidí que era el momento preciso para comprobar si alguno de los jeans que solia usar hace un tiempo, podian entrar en mis piernas nuevamente. Y justamente hoy, confimé que esta dieta milagrosa está dando resultados...al punto de comprobar que ese pantaloncito en el que invertí $285, entra en mi cuerpo.
No se imaginan la felicidad absoluta que viví hoy cuando intenté, atemorizada, cerrar el botón del jeans y que haya cerrado.
No tengo palabras para describir esa sensación de satisfacción plena, tanta alegria, tanto placer al comprobar que un esfuerzo como el que estoy haciendo, realmente vale la pena.
¡Me siento plena! Soy feliz! No por el jeans y lo que invertí en el hace un tiempo, más que nada por la sensación del deber cumplido. Definitivamente merezco sentir lo que estoy sintiendo, y quiero disfrutarlo. Así es que ni bien terminé de probarme ropa, me vestí y salí a comprar algunas flores que alegraran mi casa.
Estoy contenta y pretendo que se sepa. Me lo merezco, es mi momento y voy a disfrutarlo cueste lo que cueste.
Gracias a este pantaloncito confirmo que aunque sea duro, cerrar la boca y mirar para otro lado, puede llegar a resultar milagroso.
Sigo con mi régimen, ansiosa por poder adquirir alguna vez, un pantalón tres talles más pequeño que el que tengo puesto ahora.
Y saben qué? VOY A LOGRARLO!

25 de septiembre: 800 gramos menos!

Siempre supe que el 8 era mi número favorito y hoy pude comprobarlo: 800 gramos menos dijo la Sra. Nutricionista con tremenda cara de culo y luego sin muchos rodeos me sonrió.
No sólo que me llené de felicidad al ver que la balanza decretaba que seguía en descenso, sino que además había logrado robarlo una sonrisa a esa quisquillosa mujer son ánimos de hacer amigos.
Por fin estábamos mirándonos a los ojos, yo descubriendo una "amiga" que estaba devolviéndole el sentido a mi vida y ella, seguramente confirmando su éxito profesional rotundo.
Evidentemente ambas estábamos ampliamente satisfechas con lo que estaba sucediendo en aquel consultorio y evidentemente también, no íbamos a disimular aquella alegria.
Tuve ganas de abrazarla, lo juro porque gracias a sus conocimientos y por qué no su tremenda cara de culo, sumado a mi increible constancia, mi vida estaba girando 180 grados sin exagerar.
Comienzo a sentirme a gusto conmigo misma, siento deseos de estar bien con mi cuerpo, cuido mi piel, uso maquillaje, elijo minusiosamente la ropa y digo elegir porque ahora puedo considerar más de una opción disponible y como si todo esto fuera poco, mi pareja está pasando por uno de los mejores momentos.
Honestamente no se si será la dieta, mis ánimos de estar mejor, o qué será pero estoy comenzando a transitar un camino que, desde hacia muchísimo tiempo, no caminaba.
Me siento plena, agradecida, feliz y se que todo esto va a ser cada vez mejor.
Insisto, por primera vez en mucho tiempo, sentí ganas de abrazarla, mirarla a los ojos y explicarle todo lo que ella está haciendo por mi sin saberlo.
800 gramos menos, dijo la Sra. Nutricionista un poco más amigable. 800 gramos menos, pensé yo, todo un resultado.
Hasta mañana!

24 de septiembre: Algunos días sin escribir...

Antes que nada quiero pedirles dsculpas por estos días sin escribir. Lo cierto es que, como a muchos les sucede, he sido víctima de maltrato por parte de la empresa proveedora de Internet debido a lo cual, estuve off line todo este tiempo.
Gracias al universo, y luego de cuatro días, he vuelto a las andanzas de la web y acá estoy sentadita nuevamente frente a la pc tipeando desde casa estas líneas.
Como bien saben, los controles están siendo religiosamente todos los martes y sábados, sin exceción. Sin embargo, este martes que pasó no encontré turno disponible y por eso hoy mismo a las 17.30 pm estaré subida nuevamente a la balanza para enfrentarme al juicio de Sra. Nutricionista con tremenda cara de culo. Ojalá en unas horas más tarde, vuelva a escribirles con alguna buena noticia...ya veremos!
Por el momento, como me sucede cada vez que visito el consultorio, tengo mucha ansiedad y estoy expectante a la balanza.
Quiero haber bajado más...quiero haber hecho los deberes correctamente, quiero desperarme mañana con la satisfacción de estar más liviana.
Durante estos días que pasaron, me sentí muy ansiosa. Tuve ganas de arremeter contra todos los postres existentes y los que no existen aun, también.
He llegado incluso a ponerme de un humor terrible, pegando gritos, despotricando contra el mundo, y por sobretodo, estando muy enojada conmigo misma.
Entiendo que la falta de alimento está jugándome, ahora mismo, una mala pasada pero quiero ser fuerte y continuar este camino. Así es que, aunque tuve muchos deseos, no bajé los brazos todavía y pude decirle NO a las miles de tentaciones. ¡Seguimos en batalla!
Por el momento y hasta que sea la hora para partir, seguiré haciendo tripa corazón con cada manjar que se cruce por mi camino. No voy a bajar los brazos, eso se los aseguro.
Espero que sepan entender este momento de ansiedad, a mi regreso de Sra. Nutricionista con tremenda cara de culo, los pondré al tanto del dictamen médico.
Ojalá sean excelentes noticias!
Un abrazo grande.

19 de septiembre: Control

Llegué al Instituto al que estoy asistiendo para bajar de peso, con todos los nervios que una persona cualquiera puede llevar en su cuerpo.
De sólo pensar en Sra. Nutricionista con tremenda cara de culo, me hace estremcer.
Durante el viernes previo al control, tengo sueños recurrentes con ella y cuando llega el día, todas las sensaciones previas al dictamen de la balanza, se potencian.
Hoy amanecí temprano, cargué en el auto una botella de agua, una tableta de chicles reducidos en calorías, la etiqueta de cigarrillos y la cartera, y comencé el largo trayecto hasta llegar al consultorio.
Como es sábado y mi humor siempre es bueno en este día de la semana, subí el volumen de la radio y me convencí a mí misma que este día sería positivo.
Llegué.
Luego de esperar en la sala durante algunos minutos, pronunciaron mi nombre. Para mi sorpresa, Sra. Nutricionista con tremenda cara de culo no estaba y en su lugar una joven médica me atendió.
Copiando las formas de Sra. Nutricionista, aquella doctora me exigió que me sacara la ropa rápidamente y me subiera a la balanza.
Como siempre, entre pie y pie que subo, comencé a temblar.
-¡1 kilo menos!- Gritó la Doctora.
1 kilo menos repetí en mi mente y a partir de ese momento nada más importó para mi.
Me sentí aliviada. Feliz. Satisfecha.
1 Kilo menos de los muchos que todavía tengo.
1 kilo menos de gordura y sufrimiento.
¡Que buenas sensaciones! ¡Cuánta satisfacción personal! ¡Cuánto alivio!
1 día menos de dieta, 1 kilo menos de dolor.

18 de septiembre: Mañana control!

Tengo ansiedad y un poco de miedo. Creo que son los sentimientos que tengo cada vez que se acerca un nuevo control con la Sra. Nutricionista con tremenda cara de culo.
Por el momento no encuentro solución a este cúmulo de sensaciones previas.
El día previo a la sentencia de la balanza, como hoy, tengo pensamientos recurrentes con los ojos abiertos. Me veo a mi misma subiéndome a aquel maldito aparato y descubriendo que de repente he bajado 3 o 4 kilos. Acto seguido, me vuelvo un niño con juguete nuevo y miro a todos sonriendo y repitiendo a los cuatro vientos los kilos bajados.
Me miro nuevamente y encuentro una mujer con las medidas perfectas, y llena de felicidad. Compartiendo momentos importantes, siendo protagonista, sintiéndome bella, siendo feliz. Hace muchos años que nada de esto me sucede, pero al verme así en mis sueños me siento a gusto conmigo misma, me disfruto, me quiero.
Mi calendario, gracias a estos sueños recurrentes, se ha vuelto una sola cruz para apurar el paso del tiempo. Quiero despertarme y que estos tres meses hayan pasado de sopetón. Quiero renocoerme en mi nuevo cuerpo, en mi nueva vida.
¿Estaré comenzando a desvariar por la falta de alimento o será que estoy llenándome de sueños y aspiraciones? Ojalá sea lo segundo.
Mañana les cuento cómo seguimos. Espero que, en esta oportunidad, la balanza sea más generosa conmigo. Cruzo los dedos para que eso suceda.
Hasta mañana!