Si si...estoy rescatando ropa de a poquito. Hoy precisamente decidí que era el momento preciso para comprobar si alguno de los jeans que solia usar hace un tiempo, podian entrar en mis piernas nuevamente. Y justamente hoy, confimé que esta dieta milagrosa está dando resultados...al punto de comprobar que ese pantaloncito en el que invertí $285, entra en mi cuerpo.
No se imaginan la felicidad absoluta que viví hoy cuando intenté, atemorizada, cerrar el botón del jeans y que haya cerrado.
No tengo palabras para describir esa sensación de satisfacción plena, tanta alegria, tanto placer al comprobar que un esfuerzo como el que estoy haciendo, realmente vale la pena.
¡Me siento plena! Soy feliz! No por el jeans y lo que invertí en el hace un tiempo, más que nada por la sensación del deber cumplido. Definitivamente merezco sentir lo que estoy sintiendo, y quiero disfrutarlo. Así es que ni bien terminé de probarme ropa, me vestí y salí a comprar algunas flores que alegraran mi casa.
Estoy contenta y pretendo que se sepa. Me lo merezco, es mi momento y voy a disfrutarlo cueste lo que cueste.
Gracias a este pantaloncito confirmo que aunque sea duro, cerrar la boca y mirar para otro lado, puede llegar a resultar milagroso.
Sigo con mi régimen, ansiosa por poder adquirir alguna vez, un pantalón tres talles más pequeño que el que tengo puesto ahora.
Y saben qué? VOY A LOGRARLO!
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