Siempre supe que el 8 era mi número favorito y hoy pude comprobarlo: 800 gramos menos dijo la Sra. Nutricionista con tremenda cara de culo y luego sin muchos rodeos me sonrió.
No sólo que me llené de felicidad al ver que la balanza decretaba que seguía en descenso, sino que además había logrado robarlo una sonrisa a esa quisquillosa mujer son ánimos de hacer amigos.
Por fin estábamos mirándonos a los ojos, yo descubriendo una "amiga" que estaba devolviéndole el sentido a mi vida y ella, seguramente confirmando su éxito profesional rotundo.
Evidentemente ambas estábamos ampliamente satisfechas con lo que estaba sucediendo en aquel consultorio y evidentemente también, no íbamos a disimular aquella alegria.
Tuve ganas de abrazarla, lo juro porque gracias a sus conocimientos y por qué no su tremenda cara de culo, sumado a mi increible constancia, mi vida estaba girando 180 grados sin exagerar.
Comienzo a sentirme a gusto conmigo misma, siento deseos de estar bien con mi cuerpo, cuido mi piel, uso maquillaje, elijo minusiosamente la ropa y digo elegir porque ahora puedo considerar más de una opción disponible y como si todo esto fuera poco, mi pareja está pasando por uno de los mejores momentos.
Honestamente no se si será la dieta, mis ánimos de estar mejor, o qué será pero estoy comenzando a transitar un camino que, desde hacia muchísimo tiempo, no caminaba.
Me siento plena, agradecida, feliz y se que todo esto va a ser cada vez mejor.
Insisto, por primera vez en mucho tiempo, sentí ganas de abrazarla, mirarla a los ojos y explicarle todo lo que ella está haciendo por mi sin saberlo.
800 gramos menos, dijo la Sra. Nutricionista un poco más amigable. 800 gramos menos, pensé yo, todo un resultado.
Hasta mañana!
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