Hoy tuve control nuevamente y como era de esperarse, desde anoche mis niveles de ansiedad han ido en aumento.
Nuevamente llegué, saludé a la recepcionista de turno y tomé asiento en la espera del dictamen de la balanza.
Cuando me llamaron, me levanté de la silla y lentamente recorrí el trayecto de la sala de espera al consultorio como quien ingresa por primera vez a un lugar oscuro que desconoce.
Entré, saludé a Sra. Nutricionista con tremenda cara de culo, me desvestí y me subí a la balanza.
Resultado: 300 gramos menos desde el viernes. Algo que en mi opinión es fantástico pero que, por lo visto, a mi doctora no le causó gracia.
Me miró feo y me preguntó en qué había fallada. Yo le confirmé que en nada y resolví bloquear a aquella persona desde ese segundo hasta que me despedí de ella en la puerta.
Creo que por unos instantes siguió parloteando y retando a la mujer que tenía enfrente pero que justamente no la escuchaba.
En lo único en lo que pensaba era en esos 300 gramos menos, y los 5 kilos que ya había bajado. Todo lo demás no importaba.
Creo que el verme mejor, también está ayudando a mi autoestima y más que nada a mis propios límites con respecto al otro.
Esto va por buen camino sin lugar a dudas!
Hasta mañana!
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