14 de septiembre: Un lunes muy lunes

Como todos los lunes que suelen ser muyyyy lunes, no tuve ánimos de nada durante toda la jornada.
Así fue que lejos de producir, perdí el tiempo en actividades insignificantes y entre medio de todo aquello, la maldita dieta.
Se complica mucho estar haciendo regimen cuando uno, en un día lunes muy lunes, tiene tiempo de sobra.
Al parecer no fui la única que sintió a este lunes muy lunes, porque desde temprano en la redacción, comenzó un desfile de harinas nunca antes visto.
Comenzaron con facturas para el desayuno, a media mañana alguien trajo una tarta de no se qué porque ni siquiera pude acercarme. Para la hora del almuerzo ordenaron pizza por delivery y bajaron todos juntos a almorzar. Para ese momento ya estaba desaforada y con mucho mal humor. Había engullido la totalidad de los alimentos permitidos para la jornada y mis nervios estabana matándome. No tenía qué más comer y ellos seguían degustando postres variados y alguna que otra colación con demasiadas calorías, algo que evidentemente yo no podía disfrutar.
Entregada, decidí retirarme antes porque, de lo contrario, comenzaría a atacar cada una de las bandejas atestadas de comida.
Llegué a casa e intenté saciar mi ansiedad con un par de mordiscos a la manzana de turno y mucha agua para engañar el estómago insatisfecho, luego me recosté para que esta terrible jornada pasara rápidamente.
Veremos que sucede mañana con Sra. Nutricionista con tremenda cara de culo. ¿Estará mal si le pide una porción de torta por semana? Creo que voy a intentarlo...deséenme suerte!

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